Las acusaciones por parte de Holanda de que Rusia llevó a cabo un ciberataque contra la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) "son un acto de propaganda" en contra, indicó ayer el ministerio ruso de Asuntos Exteriores.
"Se trata de otro acto de propaganda dirigido contra nuestro país", manifestó la diplomacia rusa en un comunicado publicado a última hora de la tarde en Moscú. Tras una reacción más bien tibia a lo largo del día, el ministerio de Exteriores ruso ha decidido finalmente publicar un comunicado en el que recalca que Moscú ha manifestado repetidas veces a Holanda que "la campaña antirrusa de espionaje lanzada en el país (...) causa graves daños a las relaciones bilaterales".
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Holanda informó de que el pasado abril expulsó a cuatro funcionarios del espionaje militar ruso (GRU) cuando preparaban un ataque cibernético contra la red de internet de la OPAQ. Los supuestos agentes habían realizado exploraciones en la sede de la OPAQ, estacionaron su vehículo cerca del edificio y abrieron el maletero para manipular un "equipo de alta calidad" destinado a piratear conexiones wifi de forma remota, según las autoridades holandesas.
Moscú se preguntó por qué Holanda esperó casi seis meses para hacer pública la expulsión de cuatro ciudadanos rusos. "Puede parecer raro solo a ojos de los desconocedores" de la "propaganda" contra Rusia, señala el Ministerio ruso, que apunta al momento preciso en el que se ha revelado esta información, al afirmar que ésta se difunde pocos días antes de la apertura de la próxima sesión de la OPAQ, el próximo día 9.
En esa reunión se abordará la financiación del mecanismo que autorizaría a la OPAQ a determinar los "culpables" en casos de ataques químicos, una herramienta que es "contraria a las normas del derecho internacional y viola las prerrogativas del Consejo de Seguridad de la ONU", recalca Moscú.
La OPAQ ha investiado presuntos ataques químicos en Siria, aliado de Moscú.
"Es obvio que el actual flujo de información internacional (sobre los presuntos ataques rusos) es otro paso para crear el entorno político adecuado para adoptar esta iniciativa ilegal", añade. La OPAQ ha investigado en los últimos meses presuntos ataques químicos en Siria, sobre todo en la ciudad de Duma, de los que Occidente responsabiliza al régimen sirio, al que apoya Rusia en el conflicto.
Rusia afirma que se desconoce en qué se basa Holanda para acusarla de haber intentado lanzar un ciberataque contra la OPAQ ni tampoco cómo fundamenta la afirmación de que los agentes rusos expulsados buscaron información sobre la investigación del derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines, en julio de 2014 en el este de Ucrania, en el que murieron 298 personas.
La investigación internacional sobre el accidente concluyó que el avión fue derribado por un misil Buk de fabricación rusa, pero Moscú siempre ha negado cualquier responsabilidad y ha apuntado a Kiev. Asimismo, Rusia ridiculiza las afirmaciones holandesas sobre los supuestos intentos de los agentes rusos, al afirmar que para averiguar datos de la investigación "no hace falta estar cerca del 'objetivo' con medios tecnológicos".
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"Es curioso cómo, en el clima de paranoia intensificada en Occidente durante los últimos años con respecto a los 'todopoderosos espías cibernéticos rusos, cualquier ciudadano ruso con un móvil es percibido como un espía", ironiza Moscú.
Rusia calificó además de "circunstancia extraña" que un representante británico estuviera en la rueda de prensa del ministerio holandés de Defensa, "liderando así los numerosos ataques absurdos contra Rusia" y "coincidiendo con las acusaciones de Londres acerca de ciberataques contra una serie de organizaciones, incluida la Agencia Mundial Antidopaje (AMA)".